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martes, julio 17, 2007

Carlos Ball: Frida Kahlo: ¿Símbolo de la mujer latinoamericana?



Una de mis primeras y más desagradables experiencias en una oficina pública ocurrió cuando de niño fui con mi madre al consulado de Estados Unidos en Caracas a solicitar una visa. El funcionario, en aceptable español, le preguntó a mi mamá si alguna vez había pertenecido al partido comunista y si su viaje a Estados Unidos era con la intención de ejercer la prostitución. Entonces tenía 8 o 9 años, pero es algo que jamás olvidé. Cuando se lo conté a papá, éste con gran sabiduría me explicó que nunca debería juzgar a un país por las fechorías de sus burócratas y gobernantes. Y, aunque usted no lo crea, esas mismas preguntas todavía aparecen en los manuales de la INS.
Recordé esa desagradable experiencia al enterarme que el correo de Estados Unidos pronto sacará a la primera latinoamericana que honra con una estampilla conmemorativa: la pintora mexicana Frida Kahlo.
Uno podría llegar a aceptar que el correo sea lento y poco confiable -sólo las fuerzas armadas tiene más gente en nómina-, que para satisfacer la ineficiencia de su numeroso personal aumente a cada rato la tarifa postal, pero que la primera mujer latinoamericana que aparece en una estampilla de los Estados Unidos sea una estalinista, amante de León Trosky y de la esposa de André Breton, mientras estaba casada con Diego Rivera, es algo con lo cual los burócratas de este país todavía logran sorprenderme.
La última actividad pública de Frida Kahlo, antes de suicidarse el 13 de julio de 1954, fue en apoyo de Jacobo Arbenz, el predecesor de Fidel Castro en América Latina, quien con su Decreto 900 en 1952 expropió las tierras agrícolas en Guatemala que su gobierno consideraba subutilizadas. Esto mismo es lo que hoy amenaza hacer Hugo Chávez en Venezuela, por lo cual el correo de Estados Unidos quizá lo quiera considerar para una futura emisión de la serie de sellos honrando a "hispanos" famosos, que cuenta ya con el beisbolista Roberto Clemente y el explorador Juan Ponce de León.
Según Benjamín P. Ocasio, vicepresidente para el desarrollo de la diversidad de la oficina de correo de Estados Unidos, "la estampilla de Frida Kahlo nos permite extenderle la mano a otras comunidades para así dejarle saber a todo el mundo que esta organización está comprometida con la diversidad que involucra a nuestra clientela y a nuestro personal... nuestro programa de estampillas es un maravilloso reflejo de esta responsabilidad".
Gracias, Mr. Ocasio, pero yo soy un latinoamericano que me siento bastante más identificado con aquellos anglos, políticamente incorrectos, que el correo solía honrar en sus estampillas, gente como Washington, Jefferson, Hamilton, Franklin, Madison, Adams, etc.
Respecto a Frida Kahlo, otro portavoz de la oficina de correo nos recordó hace poco que "en aquellos tiempos estaba de moda ser comunista". Me pregunto si estaba también de moda acostarse con el amigo del esposo que se refugiaba en su misma casa, para luego entablar amistad con los enviados de Stalin para asesinarlo.
Así como otras mexicanas suelen tener un crucifijo o una estampa de la Virgen de Guadalupe en la cabecera de su cama, Frida Kahlo tenía en su cama las fotografías del quinteto que decía amar: Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao. Sus biógrafos no nos cuentan si tales fotos les causaba impotencia generalizada a sus amantes.
El cuadro que Frida Kahlo pintaba para el momento de su suicidio es un autorretrato con la cara de Stalin a su lado y en estos días la bella actriz mexicana Salma Hayek está haciendo el papel de la pintora en lo que seguramente será una nueva apología de Hollywood a comunistas genocidas y a los más acérrimos enemigos de la civilización occidental.


Carlos Ball es Periodista venezolano, director de la agencia de prensa AIPE (www.aipenet.com) y académico asociado del Cato Institute.

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